En el Barrio de Chueca hay una terraza de diseño en las alturas, una terraza con vistas al centro de la ciudad en la que uno puede tomar un mojito (de Ron Brugal, como nosotros el otro día) o una cerveza o, simplemente, echarse al sol en una de esas camas blancas que resplandecen al borde del precipicio. Hacer grandes largos no es posible en la piscina del Hotel Óscar, pero sí darse un chapuzón con el que despedir relajadamente el verano.
Kike Sarasola, el otro día, en la inauguración de la exposición. Foto: CC
Las generosas camas blancas de la terraza del Oscar. Foto: CC
Juanan Requena. Foto: CC
Y en esa bonita terraza con vistas ahora pueden verse también fotos con mensaje. Los mensajes son los que se ha inventado Juanan Requena, un fotógrafo apasionado que cree cosas tan raras como que “poesía es decir soñando”, un tipo desaliñado que hace fotos a edificios con recados románticos y que está convencido de que en este siglo tan moderno y tecnologizado poca gente se para a mirar y a respirar.
Juanan opina que subir a una terraza, olvidarse de todo y pararse unos minutos a mirar los tejados (ya os dije que es un tipo muy raro) mientras uno respira hondo, puede ser curativo y beneficioso para la calma y la salud en esta sociedad histérica. “Mis fotografías están hechas de tiempo y de luz, y cada una es única”, decía este artista que vive en Murcia y que solo viene a Madrid para trabajar desde las alturas. Kike Sarasola, el afamado empresario dueño de los hoteles Room Mate que, como todos los empresarios, está muy preocupado por la crisis, admira el trabajo en cajitas de este joven poeta. Y Ron Brugal también. De ahí que le hayan montado esta exposición que se llama ‘Madrid respira’ y que usted puede ver en la terraza del Hotel Oscar.
Piscina en la terraza del Hotel Oscar. Foto: CCY sí, Kike Sarosola está muy, muy preocupado por la crisis (“la crisis es un desastre y nos afecta a todos, hay que usar el ingenio, trabajar más duro y esperar que por fin el Gobierno tome medidas que favorezcan a los emprendedores, que somos quienes damos el trabajo”), por la subida del IVA (“lo de subir el IVA en el sector turístico me parece una tremenda barbaridad y nos va a afectar muchísimo. Creo que hay sectores en los que no tenían que haber subido el IVA”) y por los recortes (“Me parece muy bien que haya que recortar, pero también habrá que ayudar a crear, ¿no te parece?”) y por sus hoteles de provincias (“en las ciudades pequeñas es donde más lo estamos notando. Los hoteles de Barcelona, Madrid, Miami, Nueva York… van estupendamente”). Está muy preocupado por todo esto, pero al mismo tiempo está muy, muy feliz.
Más feliz que nunca. Desde que nació Aitana, su hija, hace poco más de dos meses, el hombre ha descubierto uno de los grandes misterios de la humanidad: el de la paternidad. Su marido, Carlos Marrero, y él atraviesan una etapa muy dulce, días de pañales, biberones, baños y paseos que les han llevado directos al cielo, el cielo de la felicidad doméstica, al menos durante los días de verano en Ibiza. “Me ha cambiado la vida, estoy feliz y locamente enamorado de mi hija”, reconoce.
Ahora hay que trabajar, pero también hay que sacar tiempo para la niña. Al fin y al cabo, la niña, Aitana, es lo más importante en la vida de estos papás. “Yo soy papá y soy mamá”, dijo a VF Ricky Martin, pero Kike lo deja claro: “Nosotros no somos papá y mamá, somos papá y papá. Mi hija tiene dos papás que la quieren con locura y ella va a ser una niña muy querida”. Una niña muy querida que pronto, si todo va bien, tendrá un hermanito o hermanita. “Sí, queremos tener otro hijo, estamos en ello…”, dice, esquivo, sabedor del consejo que le han dado en su gabinete de comunicación: no hables de tu vida personal.
La exposición de fotografías ‘Madrid respira’ estará en la terraza del Oscar hasta el 23 de septiembre, “pero la terraza continúa abierta todo el año, invierno incluido”, como nos recuerda Kike Sarosola, ese hombre que no puede evitar hablar de lo que su gabinete le aconseja no hablar porque, como se sabe, las personas felices no entienden de zonas secretas.
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